En algun momento tengo que reaccionar y dejar mis habitos ¿no?.. Tal vez no, ellos me protegen del enorme abismo en el que siempre caigo cuando me pongo demasiado apasionada.
Es mi escudo infalible y es hora de sacarlo y huir, es lo que pasa cuando eres una romantica empedernida, es lo que sucede cuando "tienes a quien querer" aunque realmente no sea asi, sino que simplemente uno quiere a quien se le viene en gana sin necesidad de que sea de uno o algun vinculo le una.
Pero empiezas a caer en ese circulo ¿no?, ese en el que te comportas como no deberías porque no es tu asunto pero quieres hacerlo, te satisface, es el simple hecho de hacer feliz a alguien, estoy llena de eso.
Pero en algún momento tengo que detenerme, no me compete, y todo a mi alrededor dice ¡No! ¡Detente! ¡Protégete! y cuando platico seriamente conmigo me digo: Sabes que no quieres que nadie te haga daño, ¿cierto? entonces corramos.
Y es ahí cuando me doy cuenta que me encuentro dentro de una camisa de fuerza, la misma que me atrapa en mi personalidad, en mi forma de ser tan romántica y apasionada, esa que me llena de suspiros absurdos realmente, esa que me completa y me hace sonreír estúpidamente aunque no lo entienda.
Puedo considerarme una guerrera, porque me gustan las batallas pero hasta ahora la única pelea que no he podido ganar es esa contra mi, en la que me encuentro luchando contra la razón y "todo lo demás".
Entonces comienzan las interrogantes ¿no?, es como; "Bueno Michelle entonces que hacemos ahora, volvimos al mismo circulo del que ya salimos una vez y nos creímos invictas", debo decir que hablo mucho conmigo misma.
Mi conciencia me hace muchas preguntas, y se que estoy en problemas cuando me quedo callada y no tengo como defenderme.
Pues he aquí nuevamente, frente a mi conciencia sin respuestas a todas sus interrogantes, es ese momento en el que decido correr.
Creo que es lo mejor que se hacer.
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